Con el florecimiento de PLUR 2.0, encontramos que en vez de perderse juntos en un mar de 70.000 compañeros de baile felizmente a gusto con el mundo, ha surgido una nueva cultura. Esta encarnación post-milenaria de PLUR promueve una cultura de necesidad, una cultura de búsqueda de la atención. La necesidad de destacarse de la multitud, el estar al margen de todos los demás es una tragedia ya que va en contra del ethos de lo que la cultura de la música de baile se supone que debe ser: la unidad.
Aunque la moda es puramente cosmética, sus efectos pueden contrarrestar la ética de la música de baile colocando más importancia en el estilo que en la música. No sugiero que se deshaga de su traje de neón o por todos los medios vestirse con los trajes más salvajes y más loco que puedas imaginar. La expresión es importante, pero considere si su ropa exterior es un reflejo de su ser interior, o simplemente un intento inocuo de mostrar el elitismo de la música de baile.
No hay una guía de doce pasos para convertirte en un fanático de la música de baile, estás en o estás fuera. El gasto de $ 200 dólares en un traje y el uso de 90.000 cuentas no significa que erea PLUR. La música de baile captura tu corazón, mente y alma, eso es algo que no podrás comprar o encontrar en una búsqueda de Google.
PLUR es más que un traje, es una culminación de esperanza, creencia y pasión, es compartir cariño y amabilidad. Es sentir la música, en lugar de esperar impacientemente por esa canción que te gusta. PLUR es la vida.